Los Nazgûl: los 9 reyes.

La historia de estas horrible bestias esclavas de la maldad se cuenta en el Libro Rojo, sin duda gracias a Gandalf, Elrond y otros sabios: de hecho, es una historia con moraleja. Los Nazgûl fueron hombres, grandes reyes de su época, y orgullosos; y fue su orgullo lo que provocó su caída, puesto que Sauron los sedujo con promesas de absoluto poder e inmortalidad. Sin embargo, todos terminaron esclavizasos y sufriendo porque una vez que se pusieron los anillos, se convirtieron en esclavos del Señor Oscuro y poco a poco el Anillo fu absorbiéndoles cuerpo y espíritu como un vampiro. Esta muerte lenta no tendría fin mientras Sauron siguiera con vida.

Los Espectros del Anillo eran los principales sirvientes de Sauron. Ningún arma común podía hacerles daño y tampoco ningún hombre podía matarlos. Habían sido creados con magia negra y podían inmovilizar a sus victimas con terror e infligirles el Hálito Negro, una enfermedad fatal que se contraía al contemplar su rostro demasiado tiempo. Pese a todo, no eran inmunerables y temían al fuego. Es probable que al ser criaturas de la oscuridad les repugnara ese símbolo de la Llama Imperecedera, el espíritu de las fuerzas de la luz. Parece que Trancos (Aragorn) lo conocía lo suficiente y utilizó el fuego para expulsralos de la Cima de los Vientos cuando intentaban atrapar al portador del Anillo, Frodo Bolsón.

Aragorn peleando con los Nazgûl en la Cima de los Vientos (Fortaleza de Amon Sul).

En la Guerra del Anillo, Sauron los empleó para buscar el Anillo Único por toda la Tierra Media, y en varias ocasiones estuvieron muy cerca de conseguirlo. Sin embargo, en la Comarca los burlaron, en la Cima de los Viento los repelieron y en el Vado de Bruinen perdieron los caballos; el agua se llevó sus formas espectrales y se vieron obligados a regresar lentamente a Mordor. Allí se les dio unas monturas más grandes y terribles -bestias aladas- para que cumplieran la mision que su amo les había encomendado.

Estas viejas criaturas eran incansables y podían recorrer grandes distancias; eran adversarios mortales para los hombres de Gondor, porque podían abatirse sobre la infantería y la caballería por igual, cogerlos y hacerlos pedazos. Durante el sitio a Minas Tirith acosaron a los defensores de la Ciudad Blanca arrancándolos de las murallas y arrojándolos al vacío y, a pesar de las muchas flechas disparadas a los Nazgûl y a sus monturas, eran inalcanzables.

Cuando Aragorn condujo a su ejército a la Puerta Negra, los Nazgûl formaban parte de la hueste que los atacó allí, pero Sauron les ordenó que volaran al Monte del Destino cuando advirtió lo que estaba a punto de ocurrir. No obstante, llegaron demasiado tarde y perecieron en las llamas que provocó la destrucción de Sauron.

Los Nazgûl.

Fuente: "El Señor de los Anillos: armas y batallas" ediciones minotauro s.a, 2003